OPINION

Merkel olvidó hacer sus deberes y ahora tiene a los populistas de derechas en su casa

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La imagen lo describía todo: un grupo de alemanes 'antifa' (antifascistas), protestaba frente de la sede del partido de extrema derecha Alternative für Deutschland (AfD) cuando todavía no se conocían los resultados oficiales. No les hace gracia que sus archienemigos consigan asientos en el Parlamento alemán.

Eso no es todo. Los dos partidos más poderosos han obtenido menos votos. Angela Merkel y su (CDU-CSU) han perdido 8 puntos, mientras que los socialdemócratas han obtenido los peores resultados de su historia.

Esto solo significa una cosa: la estable Alemania no se iba a quedar fuera de la onda expansiva de lo inesperado que está recorriendo Europa desde hace años: nuevos partidos que surgen, candidatos insólitos, rechazo de la UE y de sus políticas.. Y en este caso, un partido de extrema derecha se ha llevado alrededor del 13% de los votos (datos no oficiales). Por primera vez desde la II Guerra Mundial sucede eso.

¿Cómo es posible?

La sólida Alemania disfruta de un desempleo cada vez más bajo. Superó la crisis financiera de 2008 con relativa facilidad y era gobernada por una coalición de conservadores (CDU-CSU) y socialdemócratas (SPD). En teoría, nada por lo que preocuparse.

Pero en casa se estaban cociendo otros problemas. Uno de ellos es el enorme flujo de inmigrantes y refugiados que ha llegado en los últimos años, cifrado en más de un millón. Ningún país de la UE ha recibido tal cantidad de inmigrantes en tan poco tiempo. Además, desde la unificación en 1991, Alemania ha sido vista por muchos migrantes como un país de oportunidades. Encontraban trabajo y un desarrollado estado social y de derecho.

Ese hueco que encontraban en la sociedad alemana se debe a otro de los problemas del país: Alemania tiene un serio retroceso demográfico. Es una población que ha envejecido debido a una baja tasa de natalidad. Dado que necesita mano de obra, los inmigrantes encontraban trabajo y echaban raíces.

Pero esa cantidad enorme de inmigrantes, unida a los refugiados llegados en los últimos años, ha acabado por preocupar a muchos alemanes. Quien ha aprovechado mejor esa preocupación ha sido Alternative für Deutschland, el partido de extrema derecha (o populistas de derechas, como les denomina la prensa alemana) que se ha alzado en estas elecciones con alrededor del 13% de los votos. (En la foto).

AfD no solo es un partido que se opone a la inmigración, sino que cree que los problemas de Alemania proceden de las políticas de la UE y del euro. Su discurso ha consistido en captar el disgusto de muchos alemanes que piensan que trabajan mucho y pagan muchos impuestos, para que al final todo eso se vaya a países del sur como Grecia, que no han sido capaces de organizarse.

Ahora, AfD quiere "vigilar" al gobierno de Merkel y hasta "darles caza". Quizá es mucho ambicionar. Lo que va a suceder es lo contrario: Merkel quiere volver a cazar a ese millón de votos que se le ha escapado, con lo cual veremos seguramente un endurecimiento en las políticas migratorias, y quién sabe qué más cosas.

La prensa europea califica este aterrizaje de los "rechtspopulisten" (populistas de derechas), como una amenaza, un agravio y un peligro. En realidad, son un correctivo. En política no hay espacios vacíos. Todo se ocupa.

Guste o no, las elecciones son como el fotomatón: un retrato de la realidad en un momento dado. Si esos populistas preocupantes van a obtener alrededor dee 90 asientos en el Parlamento, es porque alguien olvidó hacer sus deberes.

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